Webinar: Segundo cambio de la matriz energética en Uruguay

Dando inicio a los seminarios web del presente año, desde AIDIS Uruguay abordamos el tema de la Matriz Energética con la presencia de Wilson Sierra del área Energías renovables de la Dirección Nacional de Energía del MIEM y de Mateo Ferriolo de la Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, ONUDI, a quienes agradecemos especialmente por su participación en el evento.

Presentación de Wilson Sierra

Comenzó su presentación reflexionando respecto a que estamos en una segunda fase o etapa de la transición energética que tuvo comienzo entre 2008, con la nueva política energética aprobada por el consejo de ministros, y el acuerdo multipartidario alcanzado entre todos los partidos políticos con representación parlamentaria en el año2010. En estos momentos estamos en un proceso de revisión de esa política energética que, como instrumento vivo, requiere actualizaciones periódicas de objetivos, instrumentos y metas.

Dentro de los impactos de la primera etapa de la transformación energética del Uruguay 2010-2019, Sierra destacó:

  • El pasaje de una generación centralizada a una diversificación de fuentes y descentralización a lo largo del territorio nacional, lo que, con el cierre del anillo de transmisión dará mucha robustez al sistema eléctrico.
  • La transformación de país importador a exportador de energía eléctrica (mayoritariamente renovable).

En 2019 un 98% de matriz energética lo constituyeron fuentes renovables. Simultáneamente Uruguay se posiciona como el segundo país con mayor aporte de fuentes renovables variables a nivel global luego de Dinamarca. El desempeño histórico muestra que en volumen físico sólo se aumentó en un 5% el consumo de barriles de petróleo entre 1965 y 2019, mientras que en ese período la economía, la población y el número de vehículos han crecido.

Se abordó el tema de los “excedentes renovables”. Esta situación está presente en forma internacional en todo sistema eléctrico que se basa fuertemente en fuentes renovables, surge del desacople entre el momento en que la naturaleza aporta sus recursos para la generación y en el que los humanos la consumen. En volumen de energía, en valor esperado se estiman en 2 TWh/año lo que es comparable al 50% del consumo del sector residencial, lo que abre una serie de oportunidades para la Segunda Etapa de la Transición Energética.

En este sentido, se trabaja en la búsqueda de generar condiciones para que a partir de la transformación de la matriz eléctrica ya verificada, se pueda influir en la descarbonización de sectores como el transporte y la industria y así como del resto de la economía. Avanzar en la electrificación directa e indirecta, incorporando aspectos tecnológicos vinculados a la acumulación, gestión de la demanda, Power-to-X, energía como servicio y al hidrógeno verde, tema en que se está trabajando actualmente en diferentes niveles, a saber, desarrollo de la estrategia de largo plazo, identificación de posibles usos locales (incluyendo el desarrollo del primer piloto en el sector transporte) y evaluación del potencial exportador de Uruguay.

Finalmente reflexiona sobre los impactos que traerá esta transformación en el mercado energético nacional y las acciones específicas que se están desarrollando.

Presentación de Mateo Ferriolo

Dentro de las acciones específicas, nos presentó el proyecto que viene desarrollando ONUDI junto al MIEM desde el año 2020.

A principio de 2020 se abrió un llamado global a presentación de propuestas para el desarrollo de instrumentos financieros innovadores que catalizaran el logro de alguno de los objetivos de desarrollo sostenible. Uruguay eligió ir con la propuesta de segunda transición energética y fue uno de los cuatro países seleccionados, con un fondo de 10 millones de dólares, siendo el único que fue hacia temas de energía.

El requisito era que hubiera ya un capital invertido y un compromiso público y privado en lo que el país iba a promover. Los 7 mil millones de inversión de la primera transición energética fueron sin dudas un catalizador para acceder al fondo.

Respecto a los componentes del proyecto, la idea es asociarse con la banca comercial, que tiene fuertes incentivos de impulsar una agenda sostenible, generar un fondo de inversión e innovación en energías renovables (REIF) de segunda transición energética financiado por 7 millones del fondo de Naciones Unidas y 50-60 millones que van a venir de la Banca Comercial. Se va a conformar un fideicomiso administrado por un Ente validado por el Banco Central y supervisado por un Comité de Inversión de Especialistas en la Materia.

Un segundo componente es la Asistencia Técnica, enfocada a mejorar los proyectos de las empresas que llegan al fondo (prefactibilidad, factibilidad, análisis de tecnología). Así como en líneas de mediano y largo plazo que el Gobierno quiera impulsar, para prioridades que estén menos maduras y que una empresa decida invertir.

Con relación a los impactos, Ferriolo se refirió a descarbonizar sectores como industria y transporte, mejorar la eficiencia del sistema eléctrico, descomprimir momentos de mayor demanda y mejorar el acceso a la energía en calidad, cantidad y precio.

A efectos de estimar la potencial demanda que estas tecnologías van a tener, se realizó un análisis a nivel de empresas con SEG Ingeniería, con el objetivo de conocer cuál es la predisposición real de las empresas a incorporar estas tecnologías en el corto y mediano plazo: tecnologías de almacenamiento, Power-to-X (incluye hidrógeno verde), gestión de residuos (incluye gestión de baterías de litio) y tecnologías de tratamiento (residuos orgánicos a energía) y electro-movilidad.

Finalmente se repasó la Gobernanza del proyecto y su cronograma.

 

Para quienes no pudieron participar o deseen volver a verlo, les compartimos el video de la charla en el siguiente link.

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